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El gas natural tiene una composición más simple, por estar compuesto en su mayor parte por metano cuenta con características físicas y químicas muy particulares. Es por eso que es el combustible fósil que menos emisiones de gases efecto invernadero genera al momento de la combustión. El gas natural es una energía de transición que colabora en la reducción de emisiones de carbono, y es por mucho, más segura.
Al ser más ligero que el aire, en caso de cualquier pérdida, se disipa rápidamente en la atmósfera lo que evita que pueda alcanzar niveles de explosividad. Aunque pareciera obvio, una de las características más importantes es que se encuentra en estado gaseoso, esto hace que una vez extraído y procesado se deba transportar en gasoductos. Cuando sale del procesamiento donde se eliminan impurezas se inicia su camino hasta las zonas de consumo a través de los gasoductos de transporte. Éstos son la columna vertebral de los diversos sistemas construidos de acero y que operan en altas presiones e incluso algunos cuentan con estaciones de compresión.
Una vez que llegan al
Citygate para ingresar a las zonas urbanas, comienzan los gasoductos de distribución. En México, la distribución y el transporte son un negocio “regulado”, es decir que los privados cuentan con un permiso por 25 o 30 años para ampliar, operar y mantener dichos activos bajo estrictas normas y regulaciones que garantizan la seguridad de los operadores y por supuesto de las comunidades.
Los sistemas de distribución se construyen bajo estrictos parámetros de seguridad que las normas indican; previniendo accidentes, fugas o percances que pongan en riesgo a las personas involucradas en el proceso.
Es importante saber, antes de entrar en materia,
que el gas natural viaja a través de tuberías subterráneas de acero y polietileno; e incluso antes de instalar esta tubería, la empresa distribuidora realiza extensos estudios ambientales; inspeccionando el sitio y sus condiciones así como evaluando posibles riesgos relacionados con el paso de aguas subterráneas y características del suelo.
Y este es uno de los elementos básicos de la distribución de gas natural:
análisis del entorno por donde va a pasar la red de distribución.
Para nuestra seguridad, los sistemas de distribución operan bajo condiciones evaluadas y auditadas anualmente por Unidades Verificadoras que la Comisión Reguladora de Energía controla para asegurar que se cumplan con las obligaciones de los permisos emitidos.
Algunos de los beneficios y características de estas redes son:
Al ser un sistema de abastecimiento conforme a tus necesidades, no tienes que contar tú como cliente, con un sistema de almacenamiento para el gas natural, usas el que necesitas y éste viaja de forma segura por la red de acero y polietileno.
Un distribuidor de gas natural responsable y alineado con las normas, construirá a lo largo de la tubería tu propia llave de suministro. Es decir, los expertos deben ser capaces de proponer el punto de conexión más conveniente, para la máxima rentabilidad de la
infraestructura que distribuirá gas natural para tu empresa.
Es una de las obligaciones de los permisos de
distribución de gas natural para seguridad de la comunidad y de ti como empresa:
monitoreo constante de la red.
Las redes que viven de forma subterránea y que sirven de
vehículos del gas natural para empresas y particulares, están perfectamente preparadas para resistir casi cualquier cosa, sin embargo, esto no las exenta de sufrir percances por agentes externos, como puede ocurrir al momento en que terceros realizan excavaciones sin notificación y supervisión, por ejemplo.
La preocupación más constante en temas de seguridad, es sin duda, una fuga. Hoy en día, hay muchos dispositivos y sensores de IoT que pueden activarse si se detecta una fuga menor. También se cuentan con sistemas de celaje donde anualmente se vigilan las redes con para identificar cualquier presencia de gas en el aire por mínima que sea, lo que permite un correcto y oportuno mantenimiento de las tuberías de gas antes de que se interrumpa el suministro y tus operaciones se vean comprometidas.
El distribuidor tiene la obligación de contar con un sistema de atención de emergencias 24/7 para poder dar atención a cualquier problema, presencia de olor o fuga.
Aún y cuando el gas natural es una energía mucho más limpia y eficiente, no podemos olvidar que se trata de un combustible fósil no renovable, por lo que
los lineamientos ambientales deben ser una prioridad para tu distribuidor de gas natural, las emisiones de metano a la atmósfera son una fuente de contaminación importante por lo que debe cuidarse que no se generen fugas o
venteós. Una vez que llega al momento de combustionarse, es el gas que menos emisiones genera lo que puede convertirlo en un aliado fundamental, sobre todo si buscas mantener o crear un perfil de empresa socialmente responsable.
La
reducción de las emisiones de carbono son un punto irrefutable en las agendas industriales y gubernamentales, por lo que tu proveedor de gas natural debe cumplir todas las normativas existentes y necesarias, y este es un elemento fundamental al momento de elegir a la compañía proveedora.
Tu
distribuidor de gas natural debe contar con el permiso vigente y los dictámenes anuales aprobatorios para garantizar que se cumple con éstos y otros elementos fundamentales de seguridad, para que estés absolutamente convencido de que el energético va a llegar seguro y cumpliendo toda normativa, hasta tus pisos de producción.
¿Sabes si tu distribuidor ya cumple estos requisitos?
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